Una de las cosas que me ha llamado la atención últimamente es que una determinada característica puede no tener sólo una ventaja. Al sacar la foto de esta chinche (que ya vino al blog hace ya mucho tiempo) se aprecia que puede confundirse, a cierta distancia, con las semillas que se observan en la imagen, que son de la cañaheja (que también vino al blog).
Tradicionalmente se dice que el rojo o el amarillo junto al negro significa, en la naturaleza, que puede ser peligroso o de sabor desagradable. Pues aquí, además, sirve justo para lo contrario: para pasar desapercibido.
Seguramente habrás visto que el ejemplar de la imagen está en cópula (por detrás se ve al congénere).
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