Uno de los recuerdos de mi infancia era observar a estas arañas, que creo que le decíamos "cancanas", pero hace ya tanto tiempo que no me acuerdo. Era en un bajo abandonado, donde estuvo la academia "San Estanislao", a mediados de los años cincuenta del siglo pasado. Y escogían los techos más altos y los lugares más sombríos, donde pillaban un montón de insectos. Y sus telarañas eran enormes...
Hoy en día, al repasar el nombre de nuestra protagonista, me he llevado una sorpresa. Siempre he creído que esta araña era, en realidad, un opilión, como otros que han venido a este blog. Sin embargo es una araña (araneido), pero con las patas muy largas. Uno jamás deja de aprender cosas nuevas, lo cual no deja de ser un placer.
Otra imagen más general:
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