No son muy frecuentes las entradas en este blog sobre geología, pero en los alrededores de Calahonda, en concreto en la Z.E.C. de la sierra de Gualchos-Castell de Ferro, me encontré con estas piedras que me recuerdan a algo que enseño en clase. Eran trozos desprendidos de las rocas que asoman entre el poco suelo que queda, pues la zona está muy castigada por los incendios.
La termoclastia consiste en que la roca se rompe por la alternancia de calor y frío, dado que tiene puntos más débiles por donde acaba rompiéndose. Lo curioso es que éste es un fenómeno típico del desierto, donde la alternancia de frio y calor es más acusada. Seguramente la cercanía del mar y la humedad reinante habrán influido.
Es un proceso de meteorización, es decir, de cómo la atmósfera y otros parámetros acaban degradando la roca. Y nunca lo había visto tan patente en nuestra zona.
Aquí abajo otra imagen del fenómeno:
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