domingo, 6 de agosto de 2017

Sanguijuelas sobre una tembladera.


La tembladera (Torpedo marmorata) es bastante frecuente en nuestras aguas. Tiene la habilidad de esconderse bajo la arena para así atrapar por sorpresa a sus presas, a las que deja aturdidas con descargas eléctricas (de ahí su nombre). Tan sólo asoman sus ojos y detrás sus espiráculos, que puedes ver a la izquierda de la imagen. Pero no se libra de los molestos parásitos, las manchas negras que ves a la derecha.

En este caso los parásitos son sanguijuelas (Hirudinea, dentro del filo Anélidos), que se alimentan de la sangre de la tembladera. Me han comentado que podía ser un caso de mutualismo, es decir, la tembladera podría salir beneficiada, pues las sanguijuelas al agitarse atraerían a sus presas.

La identificación es difícil. He encontrado dos posibles nombres candidatos: Cariobdella lophii (típica de rapes, cuyo nombre científico es Lophius) y Branchellion torpedinis (típica de la tembladera).

Aquí abajo añado un recorte de la imagen, de ahí su mala calidad. Se aprecia la forma del gusano a la izquierda (la parte anterior más estrecha) y a la derecha se aprecia una especie de pelos que son sus branquias.


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