Después de la lluvia entró el frio, pero me animé a andurrear por los cerros de alrededor de Motril. El termómetro exterior del coche marcaba 3 grados y el indicador de peligro de placas de hielo en el asfalto parpadeaba. Para colmo hacía un viento que bajaba la sensación térmica a un par de grados bajo cero (o más).
Pues cuando ya me venía (estaba oscureciendo) me encontré esta maravilla de apenas un par de cms de largo: la Ophrys fusca. Yo me imaginaba que en la costa tropical las orquídeas aparecen a finales de febrero por aquello del microclima que tenemos, pero aquí está la prueba de que a primeros de enero ya aparecen.
Saludos cordiales.
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